«Como tú siempre»

El Arcano sin número del Tarot: El Loco.
El arcano sin número del Ancien Tarot de
Marseille
(Grimaud), copia realizada por la autora.

I
La nave del loco emprende viaje,
no sabe a dónde va
tampoco le importa.
se abandona a sí mismo
y se permite el lujo de recrear el mundo
deja de ser
abandona la forma
y pasa a formar parte de la luz
absorbido por ella
puede contemplar y gozar
de la ausencia de tiempo y espacio.

xs

II
Volveré de nuevo a la vida,
al Amor que dio origen al mundo,
al Amor más allá de este mundo.
Allí donde mana la fuente, el Origen de todo lo que es
Allí donde la vida es la Vida
Allí donde el amor es el Amor
Allí donde el ser no es, donde ser sin ser alcanza plenitud.

III
En la eterna búsqueda el hombre no sabe dónde se encuentra,
no debe importarle, al final recibirá igual su recompensa;
si el bailarín pensara en los movimientos, la danza no podría ser,
la Deidad no quiere bailarines de ballet sino, bailarines de corazón.

Una entrega total, una dicha sin fin, un movimiento continuo en un continuo reposo,
Una alabanza al Eterno que, mirándose a Sí mismo a nuestro través
hizo que le conociésemos, le amásemos y nos amásemos
¡Que estalle el Universo! Dios sabe de cada uno de sus hijos
Un canto de alegría a Aquel que nos dio por su Gracia la gracia de conocerle
Que nos amó enseñándonos a amar
Que hizo posible la vida, el misterio y el hombre
A ti Dios desconocido y eternamente conocido, eterna alabanza.

IV
No quieras volver,
Nunca es demasiado tarde para avanzar.
Si en tu camino la pena y la soledad te acompañan
amóldate a ellas, ámalas,
porque en su compañía te encontrarás.
Allí donde el hombre espera encontrar, nada encuentra.
En el lugar oculto de tu altar,
cuando hayas cumplido la ofrenda de tu ser,
brotará la Fuente de Agua Eterna,
el manantial que es la Esencia de la esencia,
el Sí mismo del sí mismo,
Aquel que no existe,
Aquel que, trascendiéndolo todo,
permanece en cada uno de tus poros,
Aquel que, rescatándote del infierno
te elevó por encima de ti mismo
hasta depositarte en una nueva playa.
Acepta tu destino que eres tú mismo

No busques más explicaciones
Todo empieza y todo acaba en ti.

V
Para dejar de ser, primero hay que ser.
Para poder volver, hay que nacer de nuevo.
En la lucha la guardia permanece siempre en alto,
No hay derrota para quien ama la victoria,
Si buscas bien encontrarás,
Nada puede permanecer oculto por mucho tiempo,
El día sigue a la noche, la primavera al invierno,
Con la certeza que da el conocimiento del Ser
te moverás impulsado por la fuerza que brote de ti,
Se dirá que no te corresponde, te recriminarán y odiarán,
A pesar tuyo se hablará de ti,
Verás por doquier moverse al enemigo,
Tendrás que afrontar en soledad sus ataques,
Has sido elegido no para dormir, sino para velar
Arremete contra el sueño, vence al enemigo no importa quien sea,
No mires, no tiembles, que tu fuerza no desfallezca,
Sigue amando y serás sepultado en el AMOR.

VI
Que el alma recobre el aliento
Que el sufrimiento cese pues no hay sino motivo de alegría,
Ha nacido la mujer,
Quien guiada por el Padre, a través de los siglos,
dará vida nuevamente al mundo,
Que calle quien no crea
y sólo se oiga la Voluntad del Padre,

Que la mujer sea hombre y éste mujer
Que conociendo y conociéndose dé a luz su obra
No se espera nada especial
Tan sólo que acate la voluntad del Altísimo.
Que sea luz y guía
Que nazca del polvo y asumiendo su destino,
Sin dudas ni vacilaciones,
Se presente ante el Altísimo a la orden.
Dejar espacio para el miedo es mirar atrás y,
Atrás nada queda, el mañana no existe y el ayer tampoco
Aceptar el presente es lo único que cabe.
Puntada tras puntada la bordadora realiza su obra,
Que trate de poner todo su afán en la puntada presente
Y el dibujo y la obra se terminarán
Para asombro suyo, del mundo,
Y para mayor gloria de Dios.

M. V. Espín