Atalanta Fugiens, VIII.
[El símbolo de la caverna y la montaña.
Escogido como emblema del CES]

Capítulo II
EL CENTRO DE ESTUDIOS SIMBÓLICOS DE BARCELONA

Es el interés en la Cábala, que floreció en tierras catalanas, especialmente en Gerona y Barcelona en los siglos XIII y siguientes,(16) lo que lleva a Federico González a Cataluña. Una vez allí da varios cursos a grupos reducidos, y la afluencia de un público cada vez más numeroso le lleva a fundar el CES de Barcelona a fines de 1978 y a buscar un local propio para las actividades del mismo;(17) de hecho esta entidad nació en el solsticio de invierno, evento que actualiza una vez más el triunfo de la luz sobre la oscuridad. Bien podemos decir que Barcelona, tomada como símbolo de la tierra, de la substancia, es fecundada por la esencia, por el cielo, encarnado por el alado Mensajero que trae la Buena Nueva, un mensaje misterioso acerca del símbolo. Cual semilla depositada en los óvulos de la madre, representados por sus habitantes, fructificará en algunos de ellos, los que sumándose al Centro constituido conformarán una entidad grupal, un cuerpo de Luz de múltiples facetas. El proceso genésico es siempre el mismo, el Fiat Lux se actualiza una y otra vez en el macrocosmos y en el microcosmos a distintos niveles. Hay en la vida del hombre dos acontecimientos importantes que no dependen de él mismo: el momento de su nacimiento y el de su muerte, y en el ínterin puede nacer de nuevo por la iniciación comenzando un viaje de retorno análogo al viaje post-mortem, que a su vez reproduce el proceso cosmogónico y que perseverando le llevará ¡Dios lo quiera! hacia la Liberación.

Puede iniciar el viaje a ese más allá, conocer y realizar aunque fuera virtualmente otros mundos; para ello, y como Dante nos enseña, primero hay que descender al infierno. Se debe recorrer sus círculos uno a uno; y puesto que cada quien lleva su infierno dentro, y él mismo lo ha generado, recorrerá esos círculos por su propio camino. Aquél es más psíquico que físico; no está en el cuerpo sino en el alma, o mejor ella está en él. Al igual que hay grados de belleza en los cuerpos los hay en las almas. Avanza la luz absorbiendo la oscuridad, nunca rechazándola; la aceptación, la comprehensión, es imprescindible para que la luz impere en una tierra que ha de estar dispuesta a recibirla y reflejarla.

Sin el hecho real y efectivo de la Iniciación nada podría saberse ni entenderse acerca del hombre y la vida de esos pueblos (tradicionales). Y más aún: este acontecimiento grandioso por el que se obtiene el ser gradualmente y por intermedio del cual nos comprendemos a nosotros mismos y a nuestro papel en el mundo, es el que nos conecta con la realidad de otros planos de los que podría decirse son los específicamente humanos –y lo distinguen al hombre de especies más limitadas–, los que también explican la existencia del universo y la nuestra, pues incluyen la identidad del Conocer y el Ser, de cara a lo cual todo lo que no es el Conocimiento sólo es ilusión, o una forma del engaño y la mentira.(18)

Las iniciaciones en todos los lugares y tiempos se han obtenido mediante pruebas y sacrificios (sacrificio, de sacrum facere, hacer sagrado) que se expresan simbólicamente por la sangre, elemento esencial; es sabido que el proceso psicológico iniciático que supone el sacrificio es la mejor preparación para el Conocimiento. En este sentido, no son pocas las pruebas que a diario debe enfrentar el estudiante de la simbólica y la alquimia (llamado familiarmente “mixto”): no sólo debe luchar contra sí mismo, contra las concepciones estrechas y aprendidas del medio, sino contra ese medio que se opone a que cualquiera pueda atreverse a no pensar de una manera literal y “oficial”.(19)

La Liberación, que puede ser alcanzada desde el estado humano, sobrepasa, si así puede decirse, el Ser para ahondarse en el No-Ser; este último contiene al primero así como a todo lo que no es ni nunca será manifestado. Desde el punto de vista de la manifestación lo mayor es el Ser puesto que es su origen, que además contiene todo el despliegue de la misma; ahora bien, sólo dejando de lado la individualidad el hombre puede ser verdaderamente reabsorbido en la Unidad de la cual procede. Propio de aquélla es el juicio y la opinión, ambos pertenecen a la esfera del Demiurgo. Pues: ¿quién juzga? ¿quién opina? ¿quién, sino el ego? “No juzguéis”(20) dice el Evangelio cristiano. Más bien se trata de No-saber, de abandonarse por completo, de salir definitivamente de la cáscara del hombre viejo y en un salto olímpico remontar hacia las alturas.

¿Cómo puede juzgar aquél que no sabe? Saber que uno no sabe es una gran cosa y un paso necesario para, no-sabiendo, que el Conocimiento se haga en nosotros y, encarnándolo, lleguemos verdaderamente a Conocer, es decir a Ser, “donde” no siendo, seremos real y definitivamente, participando de la obra cosmogónica como actores representando cualquier papel –en realidad todos ellos– y a la vez como espectadores en primera fila.

En lo que respecta a lo personal, cada hombre y cada institución tienen con seguridad un fin y un destino, es decir, una función y una misión, aunque ellos mismos no las conozcan, o éstas sean lo contrario de lo que pretenden. Creemos que juzgar es un error perfectamente señalado en varias tradiciones. Por otra parte, el refrán popular que dice “nadie sabe para quién trabaja”, es definitivamente aplicable también a uno mismo. La frase in omnia caritate, expresa claramente lo que muchos pensamos al respecto. La enseñanza evangélica de “amad a vuestros enemigos”, debe ser destacada en forma particular, pues, entre otras cosas, es acaso posible que merced a ellos podamos reconocer a la verdad en lo que resta del ciclo. O expresado en otro modo: podemos disponernos a conocer a fondo la energía pesada de la densidad, para permitirnos la levedad de lo sutil, de lo que siempre ha sido sin esfuerzo.(21)

Volviendo al Centro de Estudios Simbólicos, dicha entidad a la que se sumaron varios profesores y especialistas organizó cursos y conferencias a lo largo del año 1979 que queremos nombrar aquí en su mayor parte, como una muestra de las actividades que viene realizando desde su fundación:

– Cursillo sobre “La simbólica a través del arte de los pueblos”: ¿Qué es el símbolo? El símbolo como lenguaje. Identidad del símbolo a través de distintos pueblos y culturas. Símbolos numéricos y geométricos. (Ilustrado con diapositivas).

– Conferencia: “Una simbólica tradicional viva: El Budismo Mahayana”. Breve bosquejo histórico-filosófico acerca del Budismo Mahayana. Algunas experiencias con los Lamas de Nepal e India.

– Conferencia: “El simbolismo de la Astrología Esotérica”: La Astrología como una poética. Astrología esotérica. Los horóscopos y su interpretación.

– Cursillo sobre “Simbología Hermética y Cabalística”.

– Conferencia: “Simbólica de las Artes Marciales”.

– Cursillo “Introducción a la Simbólica: ¿Qué es el símbolo y la simbólica? - Símbolos visuales y de transmisión oral.

– Conferencia “Meditación Budista en la vida cotidiana”.

 

CICLO DE CONFERENCIAS EN LA SALA CLARET

1- En busca del Conocimiento (experiencias con alucinógenos en Latinoamérica).
La ayahuasca o yagé en la cuenca del Amazonas: la Orden de los “Irmaos do Vegetal”. Hongos en Colombia, Costa Rica y Oaxaca (México). El Peyotle. El “San Pedro” en el Ecuador.

2- ¿Qué es la Simbología? Ilustrada con diapositivas: Símbolo, mito y rito. Símbolos del Centro y del Eje. Dos modelos simbólicos: la rueda y la espiral.

3- El simbolismo de la Astrología Esotérica.

4- Arte, Artesanía y Símbolo. Relaciones entre Arte y Artesanía. Presencia en ambas de los símbolos fundamentales. El trabajo como acción simbólica.

5- La Cábala hebraica y los orígenes del alfabeto. Agricultura y escritura. Jeroglíficos y signos cuneiformes. Verbo y topografía.

6- El alfabeto hebraico. Simbólica de los 22 signos del alfabeto hebraico.

El hecho de que el primer CES de la Península se fundara en Barcelona propició la llegada al mismo de gente diversa procedente de distintas regiones y nacionalidades. Federico llega a España y tras una estancia de varios meses en Ibiza se traslada a la ciudad condal, a esa ciudad abierta y receptiva llena de la presencia de Hermes, un lugar donde los actuales miembros del CES han descubierto tal cantidad de sitios (plazas, fachadas, tejados, verjas, puertas, etc.) en los que la presencia del dios es visible al ojo humano que una no puede sino sorprenderse; en efecto, son muchos los lugares donde aparece una estatua de Hermes o sus atributos, es decir el caduceo, el casco y los pies alados. El trabajo realizado sobre este tema ha dado lugar a un bello libro, Hermes y Barcelona(22) que han dedicado sus autores a Federico, en quien reconocen su guía intelectual.

Esta obra no se sumerge en el pasado arqueológico de la Ciudad Condal, sino que nos da a conocer una “ruta simbólica” viva por su entramado urbano, ofreciéndonos la oportunidad de meditar en el significado de Hermes como una realidad que ha estado siempre presente en la historia de Occidente. Las representaciones de este dios y de sus atributos (el caduceo y el casco y los pies alados) en la arquitectura de la ciudad son señales que nos hacen entrever que por encima de su valor escultórico, artístico o decorativo, la energía de esta deidad, o mejor del Hermetismo, que es la Tradición a la que Hermes da nombre, sigue influyendo de manera notoria en la propia configuración e identidad de una Barcelona que es aquí tomada como estandarte de la Cataluña Universal.(23)

La obra de Federico en Barcelona se inicia con un trabajo podríamos decir doble: por un lado sus clases de Simbología, Hermetismo y Cábala en el Centro de Estudios, y a la vez la introducción en esa ciudad de la obra de René Guénon, a la que recomendaba en sus clases como texto de trabajo fundamental. Dice en la pág. 10 de su Esoterismo Siglo XXI. En torno a René Guénon:

Muchos pensamos que el representante más autorizado de la Ciencia Sagrada en Occidente para este tiempo (aunque hay igualmente otros autores de la misma auténticos) es René Guénon; y su obra, que toca pluralidad de ámbitos, el testimonio sintético y global de esta Ciencia en este momento por el que atraviesa la Civilización Occidental que muchos esoteristas equiparan a un Fin de Ciclo.

Centrémonos ahora en lo que dicha difusión supone. Hoy día, afortunadamente, contamos con la traducción de la mayor parte de las obras de este autor, incluso es relativamente fácil conseguir las ediciones francesas en alguna librería especializada.(24)  En aquel entonces en Barcelona se conseguían Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada y El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos. Las primeras traducciones en castellano fueron argentinas: Introducción General al Estudio de las Doctrinas Hindúes, Losada, Buenos Aires 1945. El Teosofismo: Historia de una Pseudo religión, Leviatán, Bs. As. 1945; La Crisis del Mundo Moderno, Huemul, Bs. As. 1966; o los Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada en Eudeba, 1969 y siguientes. Edición esta última muy valiosa por su traducción y el estudio previo, la primera debida a Juan Valmard y el segundo a A. Asti Vera, y especialmente por la introducción de Michel Vâlsan. Posteriormente, en 1976, aparece El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos en la editorial Ayuso, Madrid. Años más tarde se sumó la editorial Obelisco a la labor de edición de las obras del metafísico francés, en traducciones interesadas, publicando entre otras: La Crisis del Mundo Moderno 1982, Esoterismo Islámico y Taoísmo 1983, Formas Tradicionales y Ciclos Cósmicos 1984, La Gran Tríada 1986, El Simbolismo de la Cruz y Los Estados Múltiples del Ser, ambas en 1987. Hoy día las ediciones de Obelisco se encuentran agotadas –excepto El Teosofismo, La Metafísica Oriental y Esoterismo Islámico y Taoísmo– y es la editorial Paidós(25) la que está publicando la obra de René Guénon, habiendo aparecido hasta la fecha siete títulos de la misma en este sello editorial. Siempre

es un motivo de alegría el que se pongan medios que contribuyan a la difusión de una obra, que como la de René Guénon, restituye en pleno siglo XX el sentido iniciático y metafísico de la doctrina tradicional, expresada a través de sus símbolos fundamentales, operativos y promotores del Conocimiento, quien en Sí mismo es Identidad.(26)

Tras un año de existencia, el Centro lanzó un manifiesto en diciembre de 1979:

El Centro de Estudios de Simbología, en razón de la eclosión múltiple y manifiesta del mundo contemporáneo ordinario, en que por algún motivo nos ha tocado vivir, ha decidido, sin más, retirarse al exilio interior y voluntario.

Esta actitud de ocultamiento no es sino el sumarse al rito del ciclo anual y diario, pues ya se sabe que en el invierno y la noche la naturaleza entera se ensimisma para regenerarse en la primavera y en el nuevo día.

Pasaremos, pues, a la clandestinidad, habiendo constituido un gobierno secreto y un comando de poder invisible, situado en otro plano, inhallable para la mentalidad vulgar.

Nos reservamos, sin embargo, la posibilidad de actuar constantemente desde la oscuridad y el silencio, que serán rotos cada vez que sea necesario y, por otra parte, cada vez más frecuentemente.

Desconfiamos de la institucionalización, que deja anquilosados a aquellos que la pretenden y terminan acreditando en ella. Enemigos por naturaleza del oficialismo social, no queremos ser cómplices ni del seguro de vida, ni de la jubilación como bienestar, ni del supermercado, ni de la idea de la casa propia; tampoco de la ciencia y el arte degradados, ni mucho menos de la moda política o de cualquier otra forma de esclavitud, tanto progresista como retrógrada.

No estamos con nada ni con nadie, salvo con nosotros mismos, como por otra parte ha sido desde siempre.

Nos hemos lanzado a la revolución interna y esta guerra desatada nos conducirá a la paz final.

Tiemble pues la entidad deforme llamada príncipe de este mundo, pues los nobles guerreros han vuelto grupas a sus bestias y se disponen a entrar nuevamente en combate. Las historias anecdóticas no tienen la menor importancia. Acaso la serenidad de un instante de lucidez nos quite el frío de este crepúsculo casi invernal y podamos entonces preguntarnos una vez más, con toda sencillez y una indecible curiosidad:

Tú ¿quién eres?

Un manifiesto de retirada que es realmente una llamada y una ofrenda. No es la primera vez que la voz de la Tradición Hermética se deja oír de esta manera: los Manifiestos Rosacruz, atribuidos a Juan Valentín Andrae, lanzados al aire el primero en Cassel, 1614 (Fama fraternitatis), y el segundo al mismo tiempo en Cassel y Frankfurt, 1615 (Confessio fraternitatis), fueron un aldabonazo que resonó en Europa con repercusiones a muchos niveles, alcanzando

un enorme éxito entre las individualidades más letradas a las que, por otra parte, estaban dirigidos. (…) Hijo y nieto (el autor) de pastores protestantes conocidos intelectualmente y él mismo pastor y hombre de Conocimiento interesado por las artes y las ciencias desde su juventud –que parece fue aventurera–, estudia historia y filosofía y luego filología a raíz de sus numerosos viajes por distintos lugares, a la par que el latín y el griego. Posteriormente se dedica a las ciencias, en especial las matemáticas, la astronomía, la alquimia, a la que llama química, y finalmente la teología. Para ese entonces vive en Tubinga, ciudad cuya vida al parecer está impregnada de un espíritu investigativo y un acervo cultural de gran fermento, en la que posee numerosas amistades intelectuales, políglotas del hebreo y el caldeo, y buscadores del Conocimiento de distintos tipos pero de un mismo fervor aplicados al estudio de la naturaleza, o de las últimas aplicaciones de la técnica y del legado extraordinario de la antigüedad. Los textos de Hermes y Platón, junto a la obra matemática de John Dee y Euclides, diversos libros alquímicos, así como las obras de J. Boehme, C. Agrippa y Paracelso, etc., forman parte de sus estudios sobre temas (como el cabalístico) que no lo abandonarán hasta su muerte y que él menciona una y otra vez a lo largo de su obra, por otra parte, auténticamente cristiana.(27)

Lanzarse a la aventura en pos del Conocimiento con todas sus consecuencias, es común a los verdaderos buscadores; a todos aquellos que por amor a la Vida y a la Luz están dispuestos a morir, y no sólo aceptan la muerte sino que la buscan.

En la Fama se manifiesta la idea de un mensaje fundamental enviado a Europa en un momento decisivo, donde se habla de la difusión de una doctrina que toma los elementos más modernos de la ciencia o magia natural, en perfecto acuerdo con los preceptos de la antigüedad bajo una nueva forma, que incluye un maestro: C. R. (Christian Rosenkreutz), que crea una fraternidad con adeptos, la que se encuentra abierta.(28)

Los ecos del primer manifiesto lanzado por el CES, y los del segundo que conoceremos a continuación, todavía resuenan y su voz sigue oyéndose en los centros fundados posteriormente; por ejemplo en Zaragoza, en febrero del año 2000 y en junio del 2005. Este tiempo es distinto a aquél donde se dio el movimiento rosacruz, también lo es el hombre de nuestros días. Hoy, una repercusión como la que tuvieron aquellos manifiestos para todo lo referente a lo sagrado es impensable, claro está. Con el descenso cíclico la Tradición se oculta más y más, y este ocultamiento se debe a que el hombre es incapaz de oír; en su corazón no resuena el mensaje. No sólo se ha vuelto “tardo en comprender” sino sordo (y ya se sabe que no hay mayor sordo que el que no quiere oír), y más aún, necio. Tampoco estos manifiestos podían ir destinados a los hombres de ciencia ¿hoy, quiénes serían? Sí a todos aquellos que conservando al menos un cierto grado de virginidad fueran capaces de recibirlos y guardarlos en su corazón. Lo que no es distinto es la esencia del mensaje de unos y otros, pues emanan de la misma fuente: la Tradición Hermética, de ese Dios Escriba, Mensajero y Psicopompo (guía o conductor de las almas) que la anima.

El señalamiento constante del Conocimiento –incluyendo el del libro– es quizás la constante de la Fama, en donde se atestigua que su fundador construyó un microcosmos correspondiente en todo al macrocosmos y elaboró un compendio de todas estas cosas. Entre la genealogía espiritual-intelectual a la que nos referimos previamente se menciona a Enoc, Abraham, Moisés y Salomón, junto a Platón, Pitágoras y otros. Se termina la Fama denunciando a los libros alquímicos (químicos) falsos, así como se aconsejan las obras verdaderas dedicadas a este arte, lo cual confirma nuestra idea de la importancia dada en la Fama a la obra escrita como portadora del Conocimiento.(29)

A lo que sumaremos este otro texto:

El hecho del lenguaje ha sido para los primitivos un milagro que no puede sino ser reconocido unánimemente. La pictografía, la ideografía y la escritura (cualesquiera sean los medios que se empleen para fijarla) también han sido sagradas y todas las civilizaciones han empleado símbolos para manifestar conceptos, cuya ejecución constituía verdaderos rituales que a la par de ser hierofanías fomentaban la comunicación y la cohesión grupal. Los mayas atribuían la invención de la escritura a su dios Itzamná, así, como los egipcios lo hicieron con Thot.(30)

Y siguiendo con los Manifiestos Rosacruz:

Fijan el ingreso a ese mundo (la utopía), que es real, en otro espacio, e invitan de modo masivo a compartir su verdad a aquellos que por selección natural si se pudiera emplear hoy este término están capacitados para ello, y coexisten así con los que han conocido esa patria invisible en todos los lugares y tiempos, la que siempre ha de proyectarse hacia el futuro mientras exista este mundo. Ese es el propósito de cualquier escuela de Conocimiento: el de abrir una puerta hacia la sabiduría, tal como se dice en los Manifiestos y tal como los rosacruces se revelan a su tiempo con sus célebres escritos que tan extraordinario éxito tendrían en su momento y que gracias a ello pudieron influir al medio hasta nuestros días ya que su proyecto llegó a un vasto público de importante nivel intelectual, especialmente en el mundo germánico y anglosajón –y de allí a todo Occidente– y a prohijar diversas instituciones, entre las que es dable señalar la Masonería.(31)

Muchas personas pasaron por las clases que dio Federico el primer año de vida del Centro. De estos “llamados” algunos fueron capaces de oír la voz, respondieron a ella y tomándose por lo más alto, se la jugaron. La adhesión de esos alumnos conformó un grupo; éste, como todo organismo vivo, ha sufrido un sinnúmero de vaivenes quedando algunos en una u otra etapa del camino; sumándose otros a quienes llegaba el Mensaje y querían o sabían responder. Fuera cual fuera el número de personas, ya sabemos que eso no es lo más importante, el trabajo se fue realizando, primero cada cual consigo mismo; y a la vez el grupal que impulsado siempre por Federico no ha cesado en su labor de difusión de la Enseñanza. Muchos, a lo largo de los años (y aunque fuese temporalmente en ciertos casos), se han incorporado al Centro, a este movimiento de vivificación de la Tradición en un Occidente caduco y moribundo.

El segundo manifiesto lanzado en enero de 1982 dice:

Volvemos a llamar la atención de todo el pueblo, que se haya reunido para escuchar la palabra.

Y no se dice sino lo que está en el corazón de cada cual según las voces que escuchó en su silencio.

En el nombre de todos, porque se manifiesta también a través de nosotros, los herederos de Occidente.

Por medio del aire que incendiará el fuego y acabará con el sueño, podremos ver la luz sin agregarle nada, amándonos los unos a los otros.

Sepamos de los astros, que lo expresan todo, discernir entre los fieles adversarios, y quiera el Unico no encontrarnos descuidados.

Sea pues Amparo y Refugio y no nos avergoncemos de nuestro amor, que como nuestra honra, probablemente sea un estorbo.

Que el Señor proteja nuestro grito de guerra porque El es misericordioso, y nos dé aliento y fuerza, pues hay otros mundos que son los reales, y apenas percibimos sino complicadas tristezas.

Esta es la hora de vencer y Su voluntad es Su pueblo. Va en serio y en particular para aquellos que nos tocó ser unidos por la trama sutil de Amor y que nos hizo ser padres, hijos, hermanas, hermanos, amigos, esposas, madres, hombres y mujeres, y nos signó con su nombre inevitable. Con el conocimiento de un secreto tan sellado que uno mismo no lo sabe.

Se dice que en la Unidad no hay acepción de personas, y recordando a nuestras madres y padres, y a la conciliación de opuestos que fue nuestro origen, no debemos pedir perdón por nuestra ignorancia, sino sumarnos a la reiteración de un Trabajo, que es su Nombre.

No se crea sin embargo que somos inocentes, y por esa misma razón nos será dado el don de la poesía. Aunque la cosa no está fácil, ya que el tiempo, que se acaba a sí mismo, produce la memoria de un hecho absolutamente insólito por ser no humano.

Este fenómeno es natural y todos lo recibiremos en nuestra paciente estructura, que por El mismo nos fue dada, y tratando de olvidar lo recuperaremos todo por la gracia de un eje invisible.

Un gesto puede ser fatal, y así lo asumimos con el necesario temor y la humildad imprescindible.

Sea pues la sensatez en todos los hermanos, cuando escuchen su Nombre, repetido una y otra vez en la invocación.

Es el orden, la disciplina, la obediencia, lo que debe caracterizar a los que habiendo heredado no hurtan.

Este es el Centro de Estudios de Simbología, que ha aparecido nuevamente en Barcelona, un modelo cultural de la península de los romanos, hacia los mares de un mundo simultáneo.

¿De dónde vienes?



NOTAS

(16) En Presencia Viva de la Cábala, abunda en esta tradición y en su florecimiento en tierras catalanas, castellanas y aragonesas, entre otros lugares.

(17) Como dijimos en el piso decimotercero del número 4 de la calle Trafalgar, junto a la plaza Urquinaona. Cerca hay un conocido restaurante, Casa Alfonso, en el que muchas veces se prolongaban las charlas.

(18) Federico González: El Simbolismo Precolombino. Cosmovisión de las Culturas Arcaicas. Editorial Kier, Bs. As. 2003, pág. 105.

(19) Federico González: Simbolismo y Arte. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza 2004. pág. 37-38.

(20) “Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá”. (Lucas 6, 36-38).

(21) Federico González: La Rueda, Una Imagen Simbólica del Cosmos. Ed. Symbolos, Barcelona 1986, pág. 194. Hay una nueva edición ilustrada con un programa iconográfico seleccionado por el autor en Kier, Buenos Aires 2006.

(22) CES de Barcelona: Hermes y Barcelona. Editorial Mediterrània, Barcelona 2005. Ed. catalana: Hermes i Barcelona, en la misma editorial.

(23) Ibid. Cubierta del libro.

(24) Por ejemplo en Barcelona en la Librería Santo Domingo (Sto. Domingo del Call, 4) o vía Internet en: https://www.2enero.com.

(25) También la editorial Olañeta ha publicado varios títulos: La Metafísica Oriental, El Simbolismo de la Cruz, Oriente y Occidente y Los Estados Múltiples del Ser. Añadir la reciente publicación por Ignitus ediciones (Madrid) de los siguientes títulos: El Error Espiritista, El Teosofismo, El Hombre y su Devenir según el Vedanta, Apercepciones sobre la Iniciación, Iniciación y Realización Espiritual, Introducción General al Estudio de las Doctrinas Hindúes y Los Principios del cálculo infinitesimal.

(26) Federico González. Esoterismo Siglo XXI. En torno a René Guénon. Ed. Muñoz Moya, Sevilla 2000, pág. 193.

(27) Federico González: Las Utopías Renacentistas. Esoterismo y Símbolo. Ed. Kier, Bs. As. 2005, pág. 71-72.

(28) Ibid. pág. 72.

(29) Ibid. pág. 77.

(30) El Simbolismo Precolombino, cap. XIX: “Algunos temas relacionados con los calendarios”, pág. 253.

(31) Las Utopías Renacentistas, pág. 78.