Reseñas

Evola, Julius: El Misterio del Grial.  Ed. Olañeta, Palma de Mallorca, 1996. 207 págs. Reseña que hizo R. Guénon de la ed. italiana en 1937: Il Mistero del Graal et la Tradizione ghibellina del L'Impero (G. Laterza e Figli, Bari). Publicada en la revista Etudes Traditionnelles, ParísJulio 1937.

El autor señala ante todo la insuficiencia de los diferentes puntos de vista, “literario”, místico, y también etnológico y “folclorista”, desde los que se ha pretendido lo más habitualmente estudiar la cuestión del Grial y de las tradiciones que se refieren a éste; por no situarse en el terreno de una tradición metafísica, en el sentido más extenso y más completo de esta palabra, no se puede captar su verdadero significado; y las comparaciones que se ha podido establecer con elementos que se encuentran en otra parte no podrían tomar un valor real más que si se las contempla según el “espíritu” que conviene, es decir el espíritu propiamente tradicional. El Grial y su “busca/demanda” pueden, desde este punto de vista, ser relacionados con lo que Hesíodo designa como el “ciclo de los héroes”, considerando a estos como seres dotados de la posibilidad de reintegrar el “estado primordial” y preparar así la venida de una nueva “edad de oro”; y podemos percibir inmediatamente en esto, una cierta relación con la concepción del “Santo-Imperio”, la cual, a decir verdad, no llegó nunca a realizarse plenamente. Cosa bastante extraña, los principales textos relativos al Grial aparecieron todos en el transcurso de un período muy breve, coincidiendo con la fase culminante de la tradición medieval y especialmente de la caballería, como si representasen la manifestación súbita, en un momento dado, de un tipo de corriente subterránea que volvió a ser pronto invisible; luego, hubo una recuperación más tarde, tras la destrucción de los Templarios, a quienes parecen haber sucedido, bajo una forma más secreta, organizaciones que no dejaron de tener relación con la tradición del Grial.

El interés del libro consiste sobre todo en el examen de los múltiples puntos más o menos particulares, de los que el autor se dedica a dilucidar el sentido simbólico, y en cuyo detalle nos es naturalmente imposible entrar aquí; hay algunos de estos puntos que nosotros mismos hemos tratado ya en El Rey del Mundo y en algunos de nuestros artículos, como el autor lo recuerda diversas veces, y hay otros sobre los que quizás tendremos aún la ocasión de volver más tarde; por el momento, no podemos más que recomendar la lectura de esta obra a todos aquellos que se interesan por esta cuestión, y más especialmente en tanto que está ligada a las tradiciones y a los símbolos que se refieren al “Centro del Mundo”. No se puede decir, es evidente, que todo esté enteramente aclarado en esta obra, pero esto no es un reproche, ya que eso es sin duda algo imposible, y el tema es de esos que son propiamente inagotables; pero creemos al menos que apenas se podría encontrar en otra parte un equivalente de todos los elementos de interpretación que están reunidos aquí.  (trad.: Miguel A. Aguirre).

René Guénon