Ariza, Francisco: El Simbolismo de la Historia. Una Perspectiva Hermética de la Tradición de Occidente. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza 2018. 456 págs., 42 en color.
Hemos leído recientemente el libro del Sr. Ariza: El Simbolismo de la Historia. Una Perspectiva Hermética de la Tradición de Occidente, una lectura rápida pues, por un lado, despertó completamente nuestro interés, por otro, el libro se deja leer con facilidad, pese a la gran cantidad de información que presenta y al nivel de despersonalización y altura de miras que promueve.
Es un recorrido por la Historia europea desde el año 8oo con el nacimiento del Sacro Imperio y Carlomagno, hasta el siglo XVII con la retirada de los Rosacruces a Oriente.
Ocho intensos siglos de los que se trazan líneas maestras que permiten al lector acercarse a la comprensión del latir interno de la verdadera historia y de los actores que desfilaron por el escenario del poder en distintos espacios a la vez que a diferentes niveles.
Para ayudar a la comprensión de estos hechos históricos, el autor dedica los seis primeros capítulos a hablar de la Metafísica de la Historia. Por ejemplo: “Hermes ‘Guía de los pueblos’”, “la Providencia y el Destino”, o “Roma y la Idea de Imperio” son tres de esos capítulos.
Una vez expresado el punto de vista en que se sitúa pasa a recorrer la historia de esos ocho siglos. Son muchos los autores que vienen en su ayuda, comenzando por Dante y su Monarquía. Y no podemos dejar de presentar aquí una de las citas recogidas en el libro:
"Yo me admiraba antes de que el pueblo Romano hubiera llegado sin ninguna resistencia hasta el límite de la Tierra; porque, mirando superficialmente, suponía que lo había obtenido no por su derecho, sino solamente por la fuerza de las armas. Mas cuando hundí los ojos hasta el tuétano y por eficacísimos signos conocí en ello la acción de la Providencia, cedió mi admiración y sobrevino en mi un cierto desprecio irónico, al saber que las naciones se irritaban contra la preeminencia del pueblo Romano ( … ) Amando la paz universal y la libertad, ese pueblo santo, piadoso y glorioso, aparece constantemente desdeñoso de la molicie y el provecho egoísta para procurar la salud común del género humano. Por lo que se ha escrito bien lo siguiente: 'La fuente del imperio Romano es la piedad'”. (Dante, De la Monarquía II).
La comprensión cabal de la Idea de Monarquía Universal, que es la del Imperio Romano y la del Sacro Imperio que rigió la Europa de la Edad Media, con mejor o peor fortuna, es capital para comprender la vivificación de la tradición en esas tierras; hecho que posibilitaron aquellos que comprehendiendo estas ideas se pusieron en manos de la Providencia para cumplir un Destino en que ambos se unían.
Sitúa Francisco Ariza las piezas maestras del tablero histórico europeo: Dante, los Fieles de Amor, la Fede Santa, el legado Artúrico, las Ordenes de Caballería y un largo etc. Siguiendo con el Humanismo, el Renacimiento y el florecimiento Hermético que le siguió.
Otro punto a destacar, aunque hay muchos, es la exposición de la autoridad del Emperador y la del Papa no dependiente ni subordinada la una a la otra; una colaboración en situación de igualdad, la imagen del Papa Pío II Piccolomini y el emperador Federico III (incluida en el libro) la expresan perfectamente.
El emperador no era simplemente un “jefe temporal” ni competía con los reyes por el dominio de un determinado territorio, sino que era el representante de una entidad, el Sacro Imperio, cuyo fin no era otro que instaurar en la tierra una imagen de la Ciudad Celeste. Su autoridad reposaba por tanto en el carácter espiritual de su cargo, que es el que legitimaba cualquier función temporal y política que pudiera ejercer. (pág. 142 del libro)
El papa Pío II Piccolomini y el emperador Federico III
El emperador está situado en el Arbol de la Vida cabalístico en su esfera nº cuatro, Hesed, en el centro de la columna de la Misericordia; y en el centro de la columna de la izquierda, al mismo nivel, en la esfera nº cinco, Gueburah, se halla el Papa.
La Idea de Imperio, y el imperio mismo (con sus más y sus menos), comienza en Europa con Carlomagno y finaliza con Rodolfo II, aun cuando continuara el Sacro Imperio Romano Germánico dos siglos más. Rodolfo II encumbró a Praga convirtiéndola en hogar de hermetistas, astrólogos, alquimistas, matemáticos y de cuanto verdadero artista llegó a ella. Los Manifiestos Rosacruz (1) son luz emanada de ese centro visible que hubieron de abandonar una vez que con la muerte de Rodolfo en 1612 cayó el ambiente propicio y se impusieron la intolerancia y la discordia.
Hasta aquí esta breve reseña de un libro inspirado que merece estar en la biblioteca de los amantes de la Historia y la Metafísica. Muchas gracias al autor por su trabajo.
M. V. Espín
Nota:
(1) Los Manifiestos Rosacruz, atribuidos a Juan Valentín Andrae, como es sabido, fueron lanzados al aire el primero en Cassel, 1614 (Fama fraternitatis), y el segundo al mismo tiempo en Cassel y Frankfurt, 1615 (Confessio fraternitatis).
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El Simbolismo de la Historia. Una Perspectiva Hermética de la Tradición de Occidente, Francisco Ariza. Editorial Libros del Innombrable Zaragoza 2018. 978-84-92759-93-4.